Como aparejador, considero que los libros de edificios existentes son herramientas fundamentales en la gestión y conservación de inmuebles. Estos documentos permiten conocer el estado original y las modificaciones de un edificio a lo largo del tiempo, lo que facilita la toma de decisiones informadas sobre su mantenimiento y rehabilitación.
Además, las inspecciones técnicas son esenciales para evaluar la seguridad, estabilidad y eficiencia de una construcción. Estas inspecciones, realizadas de manera periódica, ayudan a identificar posibles riesgos y a planificar intervenciones preventivas. Mi experiencia me ha enseñado que, tanto los libros de edificios como las inspecciones técnicas, son claves para garantizar la durabilidad de los inmuebles y la seguridad de quienes los habitan.